Una de las actividades que permite conjuntar algunas de las más representativas aficiones de los americanos es el Pumpkin chunking.
En él se aunan el gusto por la competición, por inventar cosas nuevas, por las armas y por las calabazas.
Bajo el término de Pumpkin chunking se agrupan diversas competiciones de creación de aparatos capaces de lanzar una calabaza tan lejos como sea posible. Todo tipo de catapultas y cañones en que el ingenio humano llega hasta lo más insospechado para una tarea tan trivial como es la de lanzar una calabaza a cientos de metros de distancia.
Estas competiciones son relativamente frecuentes en Estados Unidos. Se realizan en pequeñas poblaciones de tradición calabacera o en universidades. A veces es para pasar un buen rato, otras para probar la capacidad técnica de aspirantes a ingenieros.
La normativa está bastante definida: no pueden usarse ingenios que usen de reacciones químicas. La calabaza debe salir intacta de la catapulta, si ya sale hecha pedazos de allí se considera un disparo inválido o con longitud de 0 metros. Este tipo de nulos, relativamente frecuentes cuando se está forzando la máquina hasta los límites de la técnica, se denomina pumpkin pie in the sky(pastel de calabaza en el cielo).
Uno se da cuenta de que esto no es un juego de niños o de quinceañeros cuando ve las máquinas gigantescas que se usan en algunas competiciones. Este video es muy descriptivo, muy ameno y descriptivo y apenas tiene tres minutos de duración:

El récord de distancia conseguida con un lanzamiento de calabaza está en torno a los 1.300 metros, según cuenta la Wikipedia en su página sobre el Pumpkin chunking.
Incluso existe un Campeonato del Mundo de Pumpkin chunking: llamado Punkin’ Chunkin’ se celebra todos los años en el condado de Sussex situado en el pequeño estado de Delaware.
En esta competición mundial participan más de 100 equipos. Los aparatos han mejorado tanto con el tiempo que, ante la necesidad de tener suficiente campo abierto, el mundial ha tenido que ir cambiando de sede constantemente. El primer mundial se celebró en Millsboro, Delaware. El último fue en Bridgeville, Delaware.
Dos curiosidades. Las calabazas que se suelen usar para la competición son casi tan importantes como el instrumento con que se lanza. Tras años de experimentación se llegó a la conclusión de que las mejores eran la variedad blanca (las más habituales son anaranjadas), y un tipo que no es comestible.
En todos los años que se ha celebrado esta competición mundial sólo ha habido una víctima: un triste pato que se cruzó en el camino de una de estas calabazas. Descanse en paz.
Junto con el campeonato se celebran diversas actividades como conciertos, concursos de pasteles y venta de productos variados.
DONDE: Condado de Sussex. Estado de Delaware. La sede varía cada año.
CUANDO: Primer fin de semana tras Halloween (Noviembre).
MÁS INFORMACIÓN: Página oficial del Punkin’ Chunkin’