En general suele decirse que en Estados Unidos se come fatal. Y tiene su parte de razón, pero es uno de los tópicos sobre Estados Unidos que merece la pena refutar.
Diría que en lugar de comer fatal, uno tiene multitud de opciones de mala calidad y un precio muy razonable. Empezando por las cadenas de comida rápida. Pero esa es una versión muy simplista de la realidad de la comida que América nos ofrece.
La tradición culinaria americana es eminentemente europea, por lo que aunque los platos son un poco diferentes, no lo son demasiado y en general uno encuentra los mismos tipos de comida que en Europa: abundan los restaurantes de comida italiana y hay muchos de griega, francesa sin que falten los turcos, españoles o alemanes.
La variedad se vuelve tan exótica como uno quiera. Nueva York es famoso por sus restaurantes de comida etíope. Hay restaurantes de todos los países del mundo conocido.
Lo que ocurre a veces es que la gente prefiere economizar en la comida, porque insisto, hay comida barata que no está tan mal. Y entonces uno puede sobrevivir en Estados Unidos comiendo por unos pocos dólares, mientras se pagan cantidades obscenas por la habitación de hotel o desplazamientos en avión.
Pero la realidad es que en los supermercados hay una variedad de ingredientes enorme y muchos de ellos son de altísima calidad. Ahora bien, si una familia promedio prefiere comprar pollo frito y patatas de bolsa, es su problema. Lo cierto es que hay decenas de variedades de frutas, algunas frescas, otras troceadas listas para comer, infinidad de zumos, bebidas recién exprimidas, alimentos orgánicos, bajos en calorías, etc.
En los restaurantes uno tiene algunos de los mejores del mundo en Nueva York (y otros tantos en San Francisco, Los Ángeles, Boston, Chicago). Pero son restaurantes caros y exclusivos, no se puede llegar en playeras y esperar encontrar mesa y comer por menos de 30 euros.
Como líneas generales, destacaría que la verdura que se encuentra en el país es excelente (tienen una agricultura muy industrializada con un clima muy favorable). La carne es difícil de superar, por razones similares. Hay abundante marisco y pescado en las regiones costeras. El queso americano y la leche también tienen un gran sabor.
En un post posterior entraremos en materia sobre las opciones más interesantes de la comida americana, pero a nivel mundano: las hamburguesas tendrán un lugar de excepción.
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Guías para idiotas
Existen guías para idiotas (dummies guides) sobre cualquier tema pero nunca había visto una sección específica en una librería. La foto es es de una librería de segunda mano en Otawa, Canadá.
- Mosaic (es una navegador de Internet que ya ni siquiera existe, igual que Netscape).
- Pro Wrestling (Lucha libre profesional, desde luego hay que ser un idiota para comprar un libro sobre eso).
- Dos, WordPerfect (Son tecnologías informáticas que ya ni existen).
- Rotweilers. No me gustaría tener de vecino a quien comprara esa guía.
- Online Gambling. No me daría mucha tranquilidad económica seguir los consejos de esa guía.
Kiehls en Nueva York
Una visita obligada para todo aquel que vaya a Nueva York es alguna de sus famosas tiendas de cosméticos Kiehl’s.
A diferencia de otras cadenas que basan su imagen en diseños modernos y en campañas de publicidad espectaculares y costosas, Kiehl’s es del todo austera. Su arma es la mejor de todas: la calidad.
Los botes de productos de Kiehl’s son totalmente austeros: un bote de plástico y una pegatina escueta, más parecen propios de una cooperativa que de una cadena de cosméticos. Los dependientes de las tiendas en lugar de jovencitas modernas y simpáticas tienen pinta de farmaceúticos.
Y es que esa es la gran diferencia respecto de la competencia. Ellos crean productos que funcionan, que ayudan a los problemas de la piel y el cabello. No tratan de crear cremas que huelan muy bien, que hagan mucha espuma o que tengan un bote digno de guardar en un museo. Sus productos son extraordinarios, de primera calidad en casi todas las facetas. Y naturales de verdad. Por ello tienes que ir a Kiehl’s.
Kiehl’s lleva desde 1851 en que se abriera la primera tienda en Nueva York. De ahí que su principal tienda, la situada en la Tercera Avenida, sea casi como un museo de la cosmética. Pero un museo en el que la VISA acabará echando humo.
La dirección exacta y los horarios de apertura de Kiehl’s son:
109 Third Avenue, entre las calles 13th & 14th.
New York (212) 677-3171
Lunes a Sábados: 10 am – 8 pm
Domingos: 12 pm – 6 pm.
Otra tienda más pequeña pero donde puedes encontrar también sus productos está en el Upper West Side:
154 Columbus Avenue, entre las calles 66th & 67th.
New York (212) 799-3438
Lunes a Sábados: 10 am – 8 pm
Domingos: 11 am – 7 pm