El Hotel Milford (su nombre completo es Hotel Milford Plaza) es una de las principales elecciones por parte de los turistas españoles. Una de las principales ventajas del hotel Milford es su excelente ubicación: en el centro del centro de Manhattan.
A mano de todo: a una calle de Times Square, que además es donde se pueden tomar más líneas de metro (1, 2, 3, 7; N, R, Q, W, A, C, E). A dos calles de Broadway. Muchos teatros importantes de musicales están en la misma manzana que el Hotel Milford y casi todos se encuentran a menos de cinco minutos caminando del hotel.
Comparado con hoteles en la misma zona resulta mucho más económico que la mayoría. Pero no nos engañemos: estamos en Nueva York, en Manhattan y en Times Square. Las habitaciones del Hotel Milford no son baratas. Una reserva particular, en un periodo que no sea temporada alta y por un rango de días razonable puede salir por unos 200 dólares diarios ( 125 euros con el cambio actual).
Si lo comparamos con otro hotel económico (el Holiday Inn) que no está tan bien ubicado (se encuentra a 20 calles de Times Square) con noches a unos 200 euros (que no dólares) notamos que la diferencia de precio es considerable.
Las calidades de los hoteles de Nueva York no se pueden equiparar a las de hoteles nuevos en emplazamientos turísticos españoles. Así, aunque a mucha gente le parezca que el Hotel Milford Plaza es cutre como para conseguir tres estrellas españolas, si uno lo compara con otros hoteles de Nueva York se da cuenta de que es un hotel de calidad aceptable. En Nueva York para tener habitaciones nuevas y espaciosas hay que pagar mucho. Posiblemente más de 300 euros la noche.
Las habitaciones son antiguas, hay moqueta, el baño es antiguo. Pero eso sucederá en casi todos los hoteles de la ciudad. Lo importante es que es un hotel limpio, las camas son cómodas y las habitaciones son correctas.
Alguna gente se queja de que las habitaciones que han recibido son extremadamente pequeñas. Hay que entender una cosa: el hotel Milford tiene 1.300 habitaciones. Y no todas son iguales. Si viajas con agencia de viajes, probablemente hayan apurado los precios con el hotel al máximo. Y claro está el hotel no va a dar las mejores habitaciones a quienes vengan con las tarifas más bajas. La gente que reserva por su propia cuenta en el hotel suele contar experiencias más agradables.
Otro motivo de queja es que todo es muy viejo (el hotel es de 1920, hay cosas que no se pueden arreglar ni con reformas) y que el aire acondicionado hace mucho ruido. Creo que todo eso es cierto pero una vez más insisto: los hoteles en Nueva York que son nuevos, céntricos y silenciosos valen mucho más de lo que uno podría pagar.
Los servicios del hotel, de desayuno, reserva de entradas en musicales y tienda de souvenirs propia son muy del agrado de los que se alojan en el Milford Plaza. Gran parte del servicio sabe hablar español, y es que están acostumbrados a su numerosa clientela de España e Hispanoamérica.
Del hotel una cosa que llama mucho la atención es el sistema de ascensores. Choca un poco al principio su sistema: pulsas la planta a la que quieres ir, en lugar de “pedir” un ascensor. Y el sistema te asigna un número de ascensor al que debes subir. Cuando este llegue te debes subir y verás que dentro de él no hay botones, ya está programado para ir a la planta que solicitaste en un principio. Este método está pensado para que el viajero tenga que esperar el menor tiempo posible, repartiendo de forma óptima los ascensores entre las plantas. No hay que olvidar que el Hotel Milford se encuentra en un rascacielos, o al menos un edificio muy alto ( 28 plantas).